Una chica se mete a novicia. Antes de coger los votos decide ir a hablar con la madre superiora:
-Madre, yo es que tengo un problema. Antes de coger los votos, me gustaría cambiarme el nombre porque es que me llamo Rita, y mi nombre de monja sería sor Rita. Queda feo. De hecho, muchas de mis compañeras, ya se burlan de mí.
-Ah, vale. El domingo después de la misa escribimos muchos papeles con nombres, los metemos en una urna, tú sacas uno al azar, y ése será tu nuevo nombre, ¿qué te parece?
-Sin problema madre, ¡muchas gracias!
El domingo, después de la misa, saca la madre superiora la urna, y sor Rita extrae un papel. Antes de abrirlo le dice la madre superiora:
-¿Estás segura de lo que vas a hacer? Luego no lo vas a poder cambiar. Éste será tu nombre para siempre.
-Estoy totalmente segura madre. ¿Qué puede haber peor que llamarse sor Rita?
Abre el papel y la madre superiora le pregunta:
-¿Y bien? ¿Qué nombre te salió?
–¡¡¡RAIMUNDA!!!
(Nota: si no eres canario o sudamericano, es decir, si no seseas, no lo intentes, este chiste carece de gracia para ti)